Yo, he visto muchísimas de ellas. Todas geniales.
De repente, sientes envidia y vergüenza a la vez. Envidia por ver esos cuerpos perfectos, y vergüenza por tu asqueroso y fofo cuerpo.
¿Y si te dijera que eso puede cambiar? ¿Y que TÚ, SÍ, TÚ, PUEDES SER LA ENVIDIA DE ESAS CHICAS TAN MARAVILLOSAS?
¡Recuerden, lo importante es disfrutar de cada gramo que pierdan!
Ciao, princesas. :) Las adoro.
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